4 nov 2013

En el abandono plantas de generación de LFC

Martín Esparza Contralínea

Es momento de que los mexicanos se enteren a cabalidad del abandono en que se encuentran las plantas de generación operadas por los trabajadores del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) hasta antes de la extinción de Luz y Fuerza del Centro (LFC), en octubre de 2009. El Sistema de Administración y Enajenación de Bienes (Sae, organismo al que le fueron cedidos en un ilegítimo comodato los bienes de LFC, y cuya responsabilidad era velar por su cuidado, buen uso y mantenimiento, actuó de manera imprudente: a la fecha muchos recursos materiales y técnicos de la extinta LFC han desaparecido ante su complacencia y complicidad; pero sobre todo permitió que valiosas y costosas plantas de generación, incluidas termoeléctricas e hidroeléctricas, hayan parado su funcionamiento dejándolas en la total inoperancia.

En un total y criminal abandono se encuentran majestuosas termoeléctricas, como las de Lechería y del Valle de México; lo mismo que plantas de generación, como las de Nonoalco y Juandhó; igualmente históricas hidroeléctricas, como Necaxa, Lerma, Alameda y Fernández Leal. Muchas de ellas formaron parte de los bienes contemplados en la nacionalización de la industria eléctrica de septiembre de 1960, y por los que el gobierno del entonces presidente Adolfo López Mateos pagó a la Mexican Light and Power 52 millones de dólares, comprometiéndose al pago de pasivos por otros 78 millones.

Todos estos bienes e infraestructura que a la nación y a los trabajadores electricistas les llevó décadas construir han sido desmantelados y olvidados en sólo 4 años, sin que se responda a la nación de los millonarios recursos que se han dejado de percibir por los 1 mil 700 megavatios (MW) que, en promedio, generaban las plantas de la desaparecida LFC para suministrar electricidad a una parte de los 6 millones de usuarios de la zona centro del país.

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