Revista Contralinea
Una sonora bofetada con guante blanco retumbó en las mejillas de los funcionarios que en su momento acusaron al Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), sin prueba alguna, de sabotear las líneas subterráneas del Centro Histórico, tras las estruendosas explosiones registradas en las mufas, que por la falta de mantenimiento empezaron a volar tras la extinción de Luz y Fuerza del Centro (LFC), en octubre de 2009.
Los peritos de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) dieron la razón al SME, al determinar que lo obsoleto del cableado y los transformadores con más de 60 años de vida útil, y la falta de mantenimiento oportuno, son las causas fundamentales de las fallas que ponen en riesgo la vida de quienes a diario transitan por el corazón de la ciudad de México.
Es decir, que contra las afirmaciones tendenciosas de funcionarios de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), de la PGR y de la Secretaría de Energía (la exsecretaria Georgina Kessel Martínez fue de las más entusiastas detractoras del SME en este sentido), el detallado estudio pericial determinó que nunca existió sabotaje alguno; incluso, establece la impericia con que los contratistas de la CFE operan el sistema, al determinar con claridad que en años anteriores a la extinción de LFC, los casos de explosiones en las mufas o fallas técnicas en éstas, “eran escasas”.
Y por si alguna duda queda sobre la certeza del dictamen técnico de la PGJDF, sus peritos intercambiaron información con expertos de la propia CFE, de la PGR, de Bomberos y de Protección Civil. Todas estas áreas confirman que los sabotajes sólo están en las mentes perversas de quienes buscan denostar la lucha del SME.
Ante tal evidencia de irresponsabilidad en el manejo del sector eléctrico en la antes zona de influencia de LFC, se hace más urgente la definición política que debe tomar, en el Congreso, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) de Enrique Peña Nieto. Esta mayoría de legisladores en la Cámara de Diputados, dirigida por Francisco Rojas, puede impulsar, con el decidido apoyo del Partido de la Revolución Democrática, el Partido del Trabajo, Convergencia, Nueva Alianza y el Partido Verde Ecologista, la iniciativa de ley que plantea la creación de una nueva empresa que se interconecte con CFE, desde el centro del país, al Sistema Eléctrico Nacional.
Es urgente que el PRI haga valer, de manera responsable, su condición mayoritaria para mejorar el servicio eléctrico en la capital de la república. La explosión de las mufas en el Centro Histórico son sólo una parte de las innumerables fallas que a diario se registran y que afectan no sólo a miles de hogares, sino a pequeñas y medianas industrias y comercios, cuyas pérdidas se convierten en una amenaza de quiebra.
Los foros organizados por los legisladores del PRI también dan la razón al SME en cuanto al inusual y excesivo cobro en los recibos de luz que afectan a miles de usuarios, sobre todo de escasos recursos, no sólo en la zona centro, sino en todo el país. Dar la pauta a la creación de una nueva empresa contribuiría a poner fin al conflicto social originado tras la extinción de LFC que mandó a la calle a 44 mil electricistas, la causa y razón de la lucha de resistencia del SME.
El reclamo generalizado de una población indignada con el pésimo y costoso servicio eléctrico que recibe desde hace casi dos años, es una poderosa razón para que el PRI de Peña Nieto, asuma su responsabilidad de cara a los grandes problemas del país y apoye la iniciativa de ley a discutirse en el próximo periodo de sesiones, para dar paso a una nueva empresa que sustituya a LFC. Millones de mexicanos se lo agradecerán.
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