El Gobierno federal y el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) encontraron la forma de lograr un acuerdo: el primero le daría activos con los que haría negocio por 30 años, y el segundo renunciaría al pasivo laboral de 80 mil millones de pesos.
Joao Parreira, presidente ejecutivo de América Latina de Mota-Engil, reconoció en entrevista que el derecho de explotar por 30 años un parque de generación eléctrica concedido al SME formó parte de un acuerdo entre el sindicato y Gobernación, arreglo en el que su firma no participó.
Dijo que el acercamiento del SME con Mota-Engil se dio en 2013, cuando
los trabajadores participaron en proyectos de la firma en Panamá y
Perú.
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