Martín Esparza Flores Revista Siempre
Requisito primario para la consumación
de las reformas estructurales impuestas unilateralmente al pueblo de
México, la reforma laboral demostró no ser la fórmula mágica para crear
el millón de empleos anuales prometidos a inicios de la actual
administración.
Desde el periodo de transición, tanto
panistas como priistas bregaron para que la propuesta fuera aprobada en
el Congreso antes del primero de diciembre de 2013 en que se verificó el
cambio de poderes; de manera insólita voces del sector obrero del PRI
que años atrás la habían desechado terminaron por sumarse a su favor,
conscientes del retroceso que ésta implicaba para los derechos laborales
de millones de trabajadores, e incluso para la existencia misma de sus
sindicatos corporativos.
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