Antonio Gershenson/Opinion La Jornada
Como Pemex es más grandote, han vendido una mayor cantidad de sus actividades e incluso propiedades (en especial petroquímicas) a empresas extranjeras. En la Comisión Federal de Electricidad (CFE), sus funcionarios no quieren quedar disminuidos, y entonces, desde hace tiempo, han estado vendiendo también el futuro.
Vendieron en Altamira un contrato de compra de gas licuado por 15 años. Luego, en Manzanillo, venden otra tanda de gas licuado, más grande, primero por 15 años y luego se "agranda" a 20. Sus planes actuales para vender el futuro, ya publicados, son todavía mayores.
Esos negocios son toda una historia, y desembocan, entre otras cosas, en las inundaciones del Grijalva de 2007 y las posteriores. Ya no se manejan las hidroeléctricas con el criterio de generar electricidad y proteger a las poblaciones circundantes. De hecho, incluso se provocan más inundaciones, porque se trata de dar preferencia a las empresas privadas que queman gas, sobre la electricidad más barata de las hidroeléctricas.
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