Juego de comparsas
Revista Siempre
Ahora que los panistas enfilan, una y otra vez, sus encarnizadas baterías en contra del ex líder nacional del PRI y ex gobernador de Coahuila, Humberto Moreira, a quien señalan de quebrantos y endeudamientos financieros durante su gobierno, los priístas deben valorar en su justa medida hasta qué punto les fue benéfica la alianza pactada con el PAN que permitió, entre otras cosas, que hace cinco años Felipe Calderón pudiera ceñirse la banda presidencial y asumir el poder.
Obvia decir que los acuerdos entre ambas cúpulas se dieron en reiteradas ocasiones hasta que los panistas decidieron darle a los tricolores una patada en el trasero cuando optaron por ir en coalición con el PRD, en la pelea por las gubernaturas de Puebla, Oaxaca y Sinaloa, donde el PRI salió seriamente raspado por parte de sus antes socios.
Quedó demostrado con pruebas contundentes que dichos acuerdos eran reales, como la carta compromiso firmada por el entonces secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, donde los panistas se abstendrían, por ejemplo, de aliarse con el PRD en el Estado de México. A cambio, el PRI alentaría la aprobación de iniciativas de Felipe Calderón.
Por cierto que entre el paquete de acuerdos se encontraba el apoyo que los priístas dieron entonces a Felipe Calderón para extinguir Luz y Fuerza del Centro, en octubre del 2009, y que dejó en la calle a 44 mil electricistas del Sindicato Mexicano de Electricistas. Fue por ello que en el Congreso se desechó la controversia constitucional sobre la ilegal medida, a pesar de que era, de manera exclusiva, facultad del Congreso para legislar cambios en la industria eléctrica nacional y no del presidente de la república.
Cuando la famosa carta de intención política del Estado de México trascendió, el escándalo fue tal que terminó por llevarse en su turbulencia pública a Gómez Mont, quien molesto por la falta de seriedad de su propio partido no sólo renunció al cargo sino a su militancia. Fue obvio que el PRI cumplió con su parte, pero no el PAN.
Ahora que los tiempos políticos se han colocado ya en la antesala de la elección presidencial del 2012, es hora de que los priístas reflexionen sobre el papel de comparsas que muchos de ellos insisten en seguir jugando al lado del PAN, sobre todo en los acuerdos legislativos.
Calderón insiste en sacar adelante reformas como la laboral que representan un claro retroceso a las conquistas laborales ganadas hace un siglo al ponderar en su también llamada “Ley Lozano”, la libre contratación (outsourcing), o mejor dicho, legalizar la subcontratación dejando a millones de trabajadores sin prestaciones sociales como el reparto de utilidades y aniquilando los ascensos escalafonarios, entre otras pifias.
Resulta paradójico que siendo los fundadores del PRI quienes alentaron dichas conquistas plasmadas en la Constitución de 1917, ahora sean sus actuales herederos los que intenten aniquilarlas apoyando el proyecto político y económico de un partido de derecha y antagónico a sus raíces ideológicas como el PAN.
Algunos despistados priístas se basan en las teorías de la globalización para justificar sus alianzas parlamentarias con las iniciativas panistas pero olvidan que justo frente a sus narices se encuentran graves problemas sociales provocados por las pésimas decisiones tomadas por Felipe Calderón y su gabinete.
Uno de ellos suma más de 2 millones de quejas de usuarios de todo el país a los que la Comisión Federal de Electricidad insiste en cobrarles tarifas inalcanzables para el bolsillo de cualquier familia de regulares ingresos. Cobros que van desde los cinco mil hasta los 80 mil pesos, ilógicos e irreales, son de los que ya tienen conocimiento todos los diputados, no sólo del PRI sino del resto de los partidos.
Pero aún siendo la mayoría que puede inclinar la balanza y corregir el rumbo, muchos priístas insisten en avalar una política energética de los panistas tendiente a desmantelar la infraestructura eléctrica que al país le llevó décadas edificar, para entregarla en charola de plata a empresas trasnacionales, a un altísimo costo para nuestra economía nacional.
Hay iniciativas para crear una nueva empresa eléctrica en la zona centro del país, como la propuesta por el Sindicato Mexicano de Electricistas, que deben ser tomadas en cuenta por estos albarderos tricolores de la derecha, a fin de que se resuelvan los problemas que enfrentan millones de usuarios por los altos cobros y el pésimo servicio prestado hasta la fecha por Comisión Federal de Electricidad.
Dice un sabio dicho popular que los perritos abren los ojos a los siete días… pero hay priístas que a cinco años del desgobierno de Calderón aún los mantienen cerrados. Va siendo hora de que los abran porque, como se ha visto, los panistas no tienen palabra a la hora de cumplir los acuerdos, y el linchamiento mediático a Humberto Moreira es una prueba de que buscarán agarrarse de lo que encuentren para no soltar el poder en el 2012. Ya destaparon la cuenta pública de Coahuila y ahora van sobre la del Estado de México, para golpear a Peña Nieto, y la de otros estados como Hidalgo.
Por eso, pobres de aquéllos que en el tricolor insistan en hacerles el caldo gordo. En el pecado llevarán la penitencia.
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