21 dic 2009

Crónica de un desastre anunciado

Aunque no tengo elementos para evaluar correctamente la desaparición de Luz y Fuerza del Centro (LFC) lo que sí tengo son hechos reales.

Se nos dice que LFC era corrupta, ineficiente, etcétera, y que ahora la Comisión Federal de Electricidad (CFE), en contraste, nos dará un servicio de calidad, eficiente y a precio adecuado; parece un sueño navideño.

En la colonia Condesa, donde habito desde hace más de 15 años, he tenido que recurrir eventualmente a los servicios de emergencia de LFC y obtuve, afortunadamente, una buena respuesta, aun siendo muy noche, en no más de 20 minutos se presentaban los técnicos y arreglaban el desperfecto.

Ahora, en tiempos de la eficiente CFE hemos tenido que recurrir, o al menos intentarlo, a los servicios de emergencia, lo cual desde luego inicia con el calvario de averiguar cuál instancia nos dará el mismo, hallar el número de teléfono, etcétera. Una vez obtenido lo anterior hablamos para dar un reporte hace apenas tres semanas. Todavía esperamos respuesta.

Posteriormente información en el número 040 nos indicó un nuevo teléfono, el 071. Al marcarlo, una entusiasta voz grabada te da la bienvenida y la opción 1 para reportar fallas… ahí se termina la aventura, el entusiasmo y el servicio; quedas en el limbo absoluto, no escucharás siquiera un click o al menos una trompetilla.

Ahí se inicia la certeza de que, ¡ahora sí estamos en problemas!

Tres semanas de tener todas las tardes los cables tronando, echando chispas, verlos ponerse al rojo vivo frente a tu ventana y saber que tarde o temprano, en el mejor de los casos, nos vamos a quedar sin luz, sino es que seremos testigos de un emocionante incendio.

Esto debería llamarse la crónica de un desastre anunciado; alisten sus cámaras y en la calle de Puerto Real, frente al número 5, casi esquina Campeche, pronto veremos las consecuencias. Mientras, esperamos a que la CFE cumpla.

Carlos Ysunza
La jornada

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