Martín Esparza Flores Revista Siempre
Colgada como grotesco lastre sobre las
espaldas del anuncio oficial de la entrada en vigor de la reforma
energética quedó la noticia difundida, con explícito video incluido, de
los lujos, placeres y extravagancias sibaritas que los defensores
panistas “del desarrollo del país en el Congreso, se han venido dando
gracias a las compensaciones extras que han recibido por su ‘patriótica’
labor de haber despojado al país de sus recursos naturales y
energéticos, y que fueran exhibidas a detalle por el legislador de
oposición, Ricardo Monreal, quien además denunció que, de ribete, los
500 diputados pretenden recibir, al término de su función, otro millón
extra como “bono de desempeño”.
Al escándalo nacional sobre la indudable
compra de votos de diputados y senadores para aprobar, sin un análisis
de fondo, las leyes secundarias de la reforma energética, se suma el
video donde el coordinador de los diputados de Acción Nacional, Luis
Alberto Villarreal, y cinco de sus más cercanos colaboradores aparecen
entregándose a la dolce vita, despreocupados de pagar una suite
privada de 3 mil dólares la noche —unos 40 mil pesos—, en uno de los
sitios más exclusivos de Puerto Vallarta (Villa Balboa), con mujeres y
bebidas ilimitadas, justo en el marco de los trabajos de su agenda
legislativa de este año, cuando los panistas afinaron su estrategia
para, cual Judas, entregar el país a las multinacionales, no por 30
monedas, sino por jugosas canonjías de las que ya se han enterado
millones de mexicanos que apenas subsisten en la miserable frontera de
los salarios mínimos.
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