Martín Esparza Revista Contelínea
El arribo como candidato del Partido
Acción Nacional (PAN) al gobierno de Nuevo León del exdiputado federal y
presidente de la Comisión de Energía de la LXI Legislatura, Felipe de
Jesús Cantú Rodríguez, es la resultante de una serie de complicidades y
encubiertos conflictos de intereses tejidos entorno a la amañada
desaparición de Luz y Fuerza del Centro, en octubre de 2009; uno de
cuyos trasfondos fue la entrega de su red de fibra óptica para
explotación exclusiva del grupo empresarial panista comandado por los
exsecretarios de Energía del foxismo Ernesto Martens y Fernando Canales
Clariond, este último exgobernador neoleonés que en 2000 apoyó la
llegada de Cantú a la alcaldía de Monterrey, alentando de igual manera
su arribo al Congreso de la Unión.
En
pago a la labor de contención realizada desde su cargo parlamentario
para impedir el surgimiento de una nueva empresa eléctrica que
remplazara en la zona centro del país a Luz y Fuerza, y al silencio
encubridor, guardado en su momento, sobre las denuncias por ordeña
a los gasoductos de Petróleos Mexicanos (Pemex) en el municipio de
Apodaca, en contra de la empresa gasera Solensa, propiedad de Canales
Clariond y de su hijo Fernando Canales Stelzer, Felipe de Jesús Cantú
buscará, fiel a su papel de ejecutor de órdenes, arribar al gobierno de
Nuevo León no para atender a los reclamos de la ciudadanía sino del
grupo empresarial al que debe su carrera política.
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