Martín Esparza Revista Contralínea
Desde su arribo al poder en el gobierno
de la inexistente transición de Vicente Fox Quesada, los panistas
diseñaron un ambicioso y sólido plan de negocios que incluía rubros como
el de la fibra óptica y otras rentables actividades del sector
energético que estarían salvaguardados, incluso, ante la eventualidad de
retornar a su papel de oposición, como sucedió con su aparatosa derrota
en 2012.
Fue
por ello que, desde puntos estratégicos de la administración pública,
funcionarios como los exsecretarios de Energía en la administración
foxista Fernando Canales Clariond y Ernesto Martens tuvieron en sus
manos información privilegiada que les permitió adueñarse de las
concesiones otorgadas mediante oscuras licitaciones directas,
como la de la red de fibra óptica que formaba parte de la
infraestructura de la paraestatal Luz y Fuerza del Centro, extinta –y en
proceso de liquidación– por el decreto de Felipe Calderón Hinojosa, en
octubre de 2009. Los codiciosos panistas sabían perfectamente que la
fibra óptica se convertiría en el medio de transmisión más utilizado y
cotizado en el mercado de las telecomunicaciones.
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