Martín Esparza Flores Revista Siempre
La dinámica antinacionalista terminó
por imponerse en el interior del Congreso donde los representantes de
los dos partidos mayoritarios, y el incondicional Partido Verde, han
pisoteado los estatutos parlamentarios, negándose al debate y análisis
de fondo sobre el contenido de las leyes secundarias en materia
energética que pretenden legitimar la entrega de las riquezas del país,
como la renta petrolera, a las multinacionales aliadas con el capital
local, autorizando además un abierto despojo y afectación a las tierras
de miles de ejidos y comunidades indígenas, al brindarles toda clase de
facilidades a las labores de exploración, tendido de redes y proyectos
geotérmicos a los nuevos inversionistas y socios de las empresas productivas del Estado, con el pretexto de que por ser el sector energético una actividad prioritaria y de interés social para el país, el gobierno no dudará en recurrir a la aplicación de la servidumbre legal para favorecerlos; incluso, hasta echar mano de las expropiaciones.
En todas y cada una de las iniciativas que buscan aprobarse en fast track,
se contemplan atropellos de esta clase, como la afectación al uso de
los recursos hídricos, que afectarán directamente los ingresos y la
forma de vida de millones de mexicanos, lo que significa uno más de los
retrocesos en materia de justicia social que traerá consigo el nuevo
esquema empresarial que se impondrá a Petróleos Mexicanos y la Comisión
Federal de Electricidad (CFE), sin tomar en cuenta la opinión del país.
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