Víctor Sánchez Segunda Parte
Cometamos
que en la Gaceta Parlamentaria del miércoles 11 de diciembre del 2013 [año XVI,
número 3295-VII] contenía la minuta enviada para la reforma de los artículos
constitucionales 26, 27 y 28, en los cuales se convertirían a los organismos
descentralizado Pemex y CFE en empresas productivas del Estado, con capacidad
desde ahora para realizar contratos con empresas de capital privado [agregamos
trasnacionales o imperialistas], pues desaparecen con esa dizque reforma el
carácter estratégico de los recursos naturales energéticos.
Para
el caso que nos ocupa, la CFE o la electricidad –en añoranza de la Compañía de
Luz y Fuerza del Centro-, sólo serán estratégicas las áreas de planeación, de
control, el servicio público de transmisión y distribución, así nomás dicen en
el parlamento de los mexicanos. Le llaman o se llaman asimismo “la soberanía”,
órales. Y con ese mote destruyeron el mito de la misma. Esa que postulaba su
postura política para mantener la autonomía y la independencia económica que le
permitiese, siendo del pueblo, el desarrollo social.
La
minuta es clara. Las empresas productivas Estado establecerán “…el régimen de
remuneraciones de su personal, para garantizar su eficacia, eficiencia,
honestidad, productividad, transparencia y rendición de cuentas, con base en
las mejores prácticas y determinará las demás actividades que podrán realizar.
[Ídem, pag.2]”
En
esos dos párrafos son suficientes para reconocer la entrega plena que se hace
de los recursos estratégicos nacionales de energía. De electricidad sólo es
estratégica la transmisión y la distribución, es decir, el sistema de
interconexión nacional que se pone en beneficio del capital privado. De hecho,
ya lo hacen. Se genera por particulares en el parque eólico más grande para
enviar dicha electricidad a sus propias tiendas comercializadoras o plantas
cementeras, vendiendo el sobrante que no usan a CFE, obligada a comprarles
durante 30 años en tanto la concesión existe. El portero de la interconexión a
precios bajos y la compra de electricidad a tarifas altas.
Algunos
le quieren llamar a esto entrega silenciosa de la energía. ¡Mentira! Es más
clara que el agua esta entrega. Con las modificaciones demuestran su traición a
la Patria desde 1992, pues desde entonces cada sexenio y presidente ampliaban
la entrega, realizaban las concesiones sin asomo de vergüenza, con cinismo.
Iberdrola, Unión Fenosa o Gas Natural se posicionaron poco a poco, sin ambages,
dentro del mercado exclusivo de la Nación: crearon el mercado eléctrico. Donde
los organismos nacionales descentralizados quedan a merced de los capitalistas
internacionales, postrando sus servicios, sus conexiones y su capacidad
instalada para beneficio comercial de aquéllas. La usura como articulación de
la luz, convertida en mercancía: la soberanía ha sido quebrantada.
En
dos años, máximo, serán convertidas en empresas productivas y como está
escrito, lo esencial del contrato colectivo de ambas será establecido desde las
leyes secundarias a promulgar, eso dice el tercer transitorio. Habrá contratos,
entonces, con el personal de ellas; del cuarto al sexto se entrega Pemex –en
120 días- con contratos de todo tipo y se especifican las contraprestaciones
que les permitan a los concesionados saldar su deuda. Ups!
Cada
vez que miro en la tele el entusiasmo del compadre o del cuñado, sobre los
alcances de la reforma la contradicción me salta o me asalta el pensamiento. Si
las inversiones, si las empresas son extranjeras, si los contratos les
pertenecen y si las obligaciones se cambalachan con contraprestaciones,
entonces ¡A que le tiras cuando sueñas mexicano! Si la generación y la venta
directa de la luz les pertenecen, pos parece que sólo nos quedarán empleos de
segunda con salarios de tercera. ¡Oye Bartola, hay te dejo estos 2 pesos!
“Para
promover la participación de cadenas productivas nacionales y locales, la ley
establecerá… [en 120 días] las bases y los porcentajes mínimos del contenido
nacional en la proveeduría para la ejecución de las asignaciones y contratos a
que se refiere el presente Decreto” [séptimo]. Según “tratados internacionales
suscritos por México”: TLC. Clarísimo. Un peso por aquí –contenido nacional- y
otro con salarios nacionales –un peso por catorce gringos: ¡Pagas la renta, el
teléfono, el gas y la luz! ¡Órale mi Bartola! Con razón no muere el querido,
añorado, Chava Flores.
En
el transitorio décimo, inciso b. “En materia de electricidad, establecerá los
términos de estricta separación legal que se requieren para fomentar el acceso
abierto y la operación eficiente del sector eléctrico y vigilará su
cumplimiento”. La CFE se abre porque se abre. Así nomás de tajo. Y además se
vigilará se cumpla así.
La
secretaría establecerá “…la regulación y el otorgamiento de permisos para la
generación, así como las tarifas de porteo para transmisión y distribución”,
inciso c. El Congreso preverá “…las modalidades de contratación para que los
particulares, por cuenta de la Nación
[sic], lleven a cabo, entre otros, el financiamiento, instalación, mantenimiento,
gestión, operación y ampliación de la infraestructura necesaria para prestar el
servicio público de transmisión y distribución de energía eléctrica, en
términos de lo dispuesto en este Decreto” [Décimo Primero].
Como
diría Monsiváis, así se escribió, se revierte el 27 a favor del capital
privado. Así está la entrega: ¡Por mi madre! Bohemios.
Aún
no terminamos, son 21 los transitorios, vamos en el 11. Todos a cumplirse según
el cuarto, tres meses, a mediados de abril. El Pacto por México en la entrega
plena de un Decreto. Sólo para confirma, bonito papel de las Cámaras. Estos son
los nuevos tiempos, de transición y retorno de los brujos del PRI.
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