Eduardo Ibarra Aguirre (FORUMENLINEA)
El economista que cobra como director general de Petróleos Mexicanos, Emilio Lozoya, equivocó incluso las formas para desmentir a The Wall Street Journal, sin mencionarlo por su nombre, sobre los alcances de la reforma energética que impulsa el gobierno y el estado de las negociaciones entre las elites de los partidos Revolucionario Institucional y Acción Nacional.
Lozoya Austin escogió con pésima gusto la reaparición de José Córdoba Montoya, como moderador en la sesión plenaria del consejo nacional del Grupo Financiero Banorte Ixe, y hombre clave como titular de la Oficina de la Presidencia durante el gobierno de Carlos Salinas (1988-1994). Se trata del equipo gobernante que operó la mayor venta de garaje para sus socios y amigos de las empresas paraestatales en la historia de México y sin rendir cuentas a nadie, más allá de sus “libros blancos”. Y por si no fuera suficiente, Emilio Ricardo es hijo de un distinguido integrante del entonces conocido como Grupo Compacto y amigo cercanísimo a Salinas de Gortari, es decir, Emilio Lozoya Thalmann, secretario de Energía.
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