Revista Contralínea Martín Esparza
Como quien comete un homicidio y con toda impunidad se pasea tranquilo por la calle muy quitado de la pena, así los panistas se atreven a señalar que la reforma energética presentada por el Ejecutivo se “queda corta” en comparación a la suya, que plantea un esquema total de concesiones a particulares.
Voraces y desmemoriados, los exinquilinos de Los Pinos deberán meditar el alcance de sus palabras, porque el manejo que por 2 sexenios hicieron de la política energética en el país fue por demás desastroso. Y ya ni qué decir sobre asuntos de transparencia en donde, por el lado que se le quiera ver, no salieron bien librados, sobre todo en la corrupción solapada en empresas del sector energético que, como la Comisión Federal de Electricidad (CFE), se convirtió en una cueva de ladrones con Alfredo Elías Ayub y Néstor Moreno Díaz a la cabeza.
En la discusión de la reforma energética no les asiste ni calidad moral ni razón alguna para buscar colgarse como defensores de los intereses nacionales, cuando, en su momento, dilapidaron de inescrupulosa manera los excedentes petroleros. Por ejemplo, en 2008 los recursos extras generados por tal circunstancia llegaron a los 14 mil millones de dólares, pero la reasignación de los mismos se manejó de manera discrecional, pues la misma Auditoría Superior de la Federación, en su análisis de la Cuenta Pública 2009 sobre este asunto y en el de las coberturas petroleras y sus licitaciones con bancos particulares, la dependencia apenas emitió un somero informe. Por supuesto, al terrible hoyo negro en las finanzas de la paraestatal habrá que sumarle, sin excepción, los 70 mil millones de dólares también generados por los excedentes durante el sexenio de Vicente Fox y de los que nunca se explicó a detalle su paradero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario