Humberto Montes de Oca, el miércoles, 27 de febrero de 2013 a la(s) 23:07
El día de ayer, en un anunciado intento de legitimación del gobierno de Enrique Peña Nieto (EPN), la Procuraduría General de la República ordenó la detención de Elba Esther Gordillo “presidenta” del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE).
La detención de Elba Esther Gordillo va más allá de un evidente ajuste de cuentas entre grupos de poder al interior del sistema, es también el inicio de una nueva campaña de desprestigio en contra del sindicalismo en general, y un torpe emplazamiento a la disciplina de la clase política gobernante.
Al mismo tiempo, anuncia el endurecimiento del régimen en contra de la oposición política y social a sus políticas neoliberales, adicionalmente se convierte en un distractor de la opinión pública nacional, de frente a los escandalosos casos de corrupción de los gobiernos estatales salientes, la cuenta pública del 2012 y la inminente promoción de las reformas energética y hacendaria.
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