Como
expresión viviente de la antidemocracia que impera en México bajo el
gobierno espurio de Felipe Calderón Hinojosa, las cárceles del país
continúan llenándose de presos políticos y sociales, entre los cuales
quedan incluidos sindicalistas, zapatistas, presuntos guerrilleros,
líderes campesinos e indígenas. Ejemplo de esta situación es el caso de
Miguel Márquez Ríos, preso político del Sindicato Mexicano de
Electricistas en el penal de San Miguel, en Puebla, desde el 21 de
octubre de 2010. Pero al estilo de los gobiernos de Juan Manuel
Santos Calderón, de Colombia; José Luis Rodríguez Zapatero, de España, y
Alan García Pérez, de Perú, la administración del Partido Acción
Nacional niega la existencia de presos políticos en la República
Mexicana. Es inútil promover tal negación: las evidencias son
aplastantes, y las organizaciones sindicales internacionales como la
Confederación Sindical Internacional, la Federación Sindical Mundial y
sus federaciones y sindicatos integrantes, así como organizaciones
autónomas de diversos países, han puesto al desnudo la realidad que
prevalece en nuestro país en las campañas de solidaridad con los
electricistas, minero-metalúrgicos, trabajadores de la aviación y otros
núcleos de asalariados. No es posible, pues, tapar el sol con un dedo.
La
lucha por la libertad de Miguel Márquez Ríos, por ahora, no ha
alcanzado su coronación victoriosa, pese a la amplitud de la
solidaridad concretada en México, Chile, Argentina, Perú, Colombia,
Venezuela, Honduras, Estados Unidos, Canadá, Grecia, Portugal, España,
Francia, Chipre, Sudáfrica y otros países. Los mítines y protestas
públicas, los desplegados y cartas a las autoridades panistas, las
resoluciones de congresos, conferencias y otras reuniones sindicales,
campesinas, estudiantiles y populares no han podido romper la cerrazón
del gobierno antiobrero, proempresarial y entreguista de Felipe
Calderón Hinojosa. El compañero dirigente electricista permanece en
prisión.
Empero,
la situación no se presenta estática. En meses recientes, el Sindicato
Nacional de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos, Siderúrgicos y
Similares de la República Mexicana ha impuesto algunas de sus demandas
laborales y políticas, como la liberación de Juan Linares Montúfar,
presidente del Consejo General de Vigilancia y Justicia del SNTMMSSRM, y
de Juan Andrés Villa Licea, Ramón Monsiváis Ortega y Martín Reina
Cruces, dirigentes y miembros del Comité de Huelga local de la Sección
142 del mismo sindicato, que agrupa a los obreros de la mina El Cubo,
en el estado de Guanajuato, quienes, después de un prolongado
movimiento huelguístico, llegaron a una solución del conflicto. Sin
embargo, no ocurre lo mismo con el preso político más importante del
movimiento obrero mexicano: el militante del SME, Miguel Márquez Ríos.
Con
el objeto de acelerar la liberación del líder electricista y avanzar
en la conquista de la democracia, el Comité por la Libertad de Miguel
Márquez Ríos, los Presos Mineros y todos los Presos Políticos del País
ha convocado para el 17 de marzo de 2011 al Foro por la Libertad Inmediata e Incondicional de Miguel Márquez Ríos y Contra la Criminalización de la Protesta Social,
en la Galería Autónoma Che Guevara de la Facultad de Filosofía y
Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México. Ésta es una buena
iniciativa, que continúa la campaña de actos públicos, declaraciones
de organizaciones sociales y políticas, visitas de personalidades de
izquierda al preso político electricista y otras acciones impulsadas por
el SME y sus aliados.
Para
mejor ubicar la reclusión forzosa de Miguel Márquez Ríos, conviene
recurrir a algunos datos claves: el presidente de facto de México
decretó, el 10 de octubre de 2010, la extinción de Luz y Fuerza del
Centro, con el objeto de avanzar en la privatización de la industria
eléctrica y entregar a empresas españolas y de otros países
imperialistas la generación de este servicio estratégico. La Policía
Federal, por la noche, ocupó las instalaciones de la empresa. Los
trabajadores electricistas se manifestaron, el 5 de noviembre del mismo
año, en las puertas de las instalaciones de “La Mesa”, la entrada de
la Hidroeléctrica Necaxa y la subestación “El Salto”. Los miembros del
SME protestaron, el 16 de marzo de 2010, en “La Mesa”, “El Salto” y “El
Carmen”. Por los hechos citados, la Procuraduría General de la
República inició dos averiguaciones previas en contra de Miguel Márquez
Ríos, considerando, seguramente, el rol de líder sindical del
compañero.
Como
se ha escrito en diferentes medios y es sabido por la opinión pública
informada, Miguel Márquez Ríos fue detenido, el 21 de octubre del año
pasado, a la altura de la caseta de San Martín Texmelucan, Puebla,
rumbo al Distrito Federal, con lujo de violencia, siendo trasladado al
Centro de Readaptación Social de Puebla. Después, el 23 de octubre, se
le dictó auto de formal prisión por los delitos de privación ilegal de
la libertad y resistencia de particulares.
En
la forma indicada proceden los representantes del poder judicial: al
servicio de los neoliberales, las trasnacionales y el gran capital
nacional, en contra de la propiedad estatal, los sindicatos
democráticos y las fuerzas avanzadas y patrióticas. Sin la menor duda
destacan como obedientes instrumentos represivos del gobierno
vendepatria de Calderón y sus mandantes: Slim, Larrea, Salinas Pliego,
Azcárraga Jean, Bailleres y demás multimillonarios enriquecidos con la
sangre y el sudor de los obreros, empleados y campesinos.
En
un documento de antología, la Procuraduría General de la República
señalaba en su comunicado 1212: “A petición fundada y motivada del
Agente del Ministerio Público Federal, el Juzgado Noveno de Distrito,
dentro de la causa penal 24/2010-2, giró una orden de aprehensión
contra Miguel Márquez Ríos, Pro Secretario de Divisiones del Comité
Central del SME, División Necaxa, por su probable responsabilidad en la
comisión de los delitos de privación ilegal de la libertad; contra el
consumo y la riqueza nacionales e intencional de daño en propiedad
ajena, previstos y sancionados, en el artículo 366, Fracción I, inciso
b) en relación con su Fracción II, incisos c) y d) del Código Penal
Federal; el segundo en el numeral 254 ter del código respectivo en
consulta, con la agravante que estatuye su último párrafo; y el tercero
en el arábigo 399 en relación con el 370, párrafo primero del
ordenamiento legal en consulta; toda vez que el 16 de marzo de 2010,
simpatizantes del SME, encabezados por el inculpado tomaron las
instalaciones de las subestaciones ubicadas en “La Mesa”, “El Salto” y
“El Carmen”, quienes no permitieron la salida de personal de Comisión
Federal de Electricidad y de la Policía Federal que se encontraba
resguardando las mismas, ocasionando daños a las instalaciones.
“Asimismo,
el Juzgado Quinto de Distrito, dentro la causa penal 01/2010, giró
otra orden de aprehensión contra Márquez Ríos, como probable
responsable del delito contra el consumo y riquezas nacional, previsto y
sancionado en el artículo 254 TER del Código Penal Federal, con motivo
de los hechos ocurridos el 05 de noviembre de 2009, cuando un grupo de
entre mil y mil 500 personas simpatizantes del SME, lideradas por el
Prosecretario de Divisiones del SME, bloqueaban las puertas de las
instalaciones de la extinta LyFC de “La Mesa”, la entrada de la
Hidroeléctrica Necaxa y la subestación “El Salto”.
“Los
mandamientos judiciales contra esta persona fueron cumplimentados por
elementos de la Policía Federal Ministerial de la Procuraduría General
de la República, con apoyo de elementos de la Policía Federal, del
Ejército Mexicano y de la Policía Ministerial del estado, a la altura
de la caseta de San Martín Texmelucan, Puebla, cuando viajaba en un
autobús acompañado por aproximadamente 40 simpatizantes del SME. ”En
consecuencia, Márquez Ríos fue internado en el Centro de Readaptación
Social de la entidad a disposición de las autoridades judiciales
correspondientes”.
Naturalmente,
los tres delitos mencionados por la PGR son inventados y sin
fundamento alguno. Más bien, a Miguel Márquez Ríos se le incoa un
proceso por militar en el movimiento de resistencia pacífica del SME,
luchar porque los trabajadores que no se han liquidado recuperen sus
puestos de trabajo, exponer en forma abierta los actos de corrupción
contra el patrimonio de Luz y Fuerza del Centro, esclarecer las
corruptelas de altos funcionarios de la Comisión Federal de
Electricidad, intervenir de lleno en las acciones legítimas y legales
del SME, participar en la huelga de hambre de 62 días en 2010 en el
Zócalo de la capital federal, defender el Contrato Colectivo de Trabajo
del gremio y pelear por mantener en pie la organización representativa
de los trabajadores de LFC: el Sindicato Mexicano de Electricistas.
No
sobra decir que los trabajadores no se cruzan de brazos y continúan
las labores de solidaridad y denuncia. El Comité por la Libertad de
Miguel Márquez Ríos, los Presos Mineros y todos los Presos Políticos
del País, formado el 19 de enero del año en curso por el SME, el Frente
de Delegaciones Democráticas de la Sección XI del Sindicato Nacional
de Trabajadores de la Educación, el Sindicato de la Unión de
Trabajadores del Instituto de Educación Media Superior del Distrito
Federal, el Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra, la Unión Popular
de Vendedores Ambulantes de Puebla 28 de Octubre, el Sindicato
Nacional de Trabajadores de General Tire de México, el Partido
Revolucionario de los Trabajadores y otras organizaciones sindicales,
populares y políticas, señalan en un comunicado expedido el 16 de
febrero de 2011: “Miguel Márquez fue detenido de manera arbitraria, sin
que le enseñaran una orden de aprehensión después de realizar un mitin
en la casa de gobierno del estado de Puebla. Durante su detención,
realizada por la Policía Federal Ministerial de la PGR, con apoyo de
elementos de la Policía Federal, del Ejército Mexicano y de la Policía
Ministerial del Estado de Puebla, fue golpeado en diferentes partes del
cuerpo y, en el traslado al Cereso de Puebla, fue constantemente
insultado por elementos de la Policía Ministerial Federal.
“A
lo largo (del) proceso judicial en contra de Miguel Márquez Ríos han
existido una serie de irregularidades por parte de las autoridades
judiciales y por parte de quienes dolosamente acusan a Miguel Márquez
con la intención de aletargar el proceso, ejemplo de lo anterior, es
que uno de los jueces se haya declarado incompetente y que no toda la
parte acusatoria se haya presentado a declarar en las diferentes
audiencias”.
No
hay ninguna justificación para mantener entre rejas a Miguel Márquez
Ríos, y su permanencia en prisión es sólo expresión de la represión
antiobrera del gobierno inepto y corrupto del PAN. Para que el
movimiento obrero avance, se requiere tener entre sus camaradas,
familiares y amigos al compañero encarcelado.
Así
como a fines de 1958 el preso político más importante de México era
Othón Salazar Ramírez, líder del movimiento de la Sección IX del SNTE, y
así como entre 1959 y 1970 los presos políticos más importantes eran
los dirigentes ferrocarrileros encabezados por Demetrio Vallejo
Martínez y Valentín Campa Salazar, hoy día el preso político más
importante en nuestra patria es el compañero Miguel Márquez Ríos,
distinguido militante del Sindicato Mexicano de Electricistas. De
acuerdo con esta caracterización hay que actuar: los trabajadores no
pueden darse el lujo de permanecer indiferentes y deben demandar la
libertad inmediata e incondicional del compañero preso en el Cereso de
Puebla. Asimismo, es necesario desenmascarar al gobierno ilegítimo de
Felipe Calderón por medio de la solidaridad que desarrollen la FSM, la
CSI, las centrales, federaciones y sindicatos de México, América
Latina, Canadá, Estados Unidos, España, Francia, Grecia y demás
destacamentos nacionales del movimiento obrero.
Para
finalizar, cabe precisar una idea: no puede existir democracia si
existen presos políticos y sociales. La prisión política es todo lo
contrario a la convivencia pacífica y civilizada de los ciudadanos.
Además, para la conquista de la independencia y democracia sindicales
es indispensable excarcelar a todos los presos políticos, entre ellos
de manera destacada a Miguel Márquez Ríos, preso de conciencia que no
ha cometido ningún delito. Su prisión busca amedrentar al Comité
Central del SME, a sus cuadros, a sus activistas y miembros de filas.
Es un golpe a este sindicato y a todo el movimiento obrero. Por ello,
es necesario y urgente alcanzar la libertad de este compañero. El
tiempo apremia.
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=124695
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