Durante breves instantes la luz regresó
a la cerrada. Pero no por mucho tiempo. La electricidad llegó con tanta fuerza que dentro de las viviendas comenzaron a escucharse explosiones como si tronaran cohetes y al menos en una de ellas salió humo y estuvo a punto de prenderse fuego. La gran mayoría de los electrodomésticos se estropearon. De un momento a otro televisores, tocadiscos, lavadoras, microondas, radios, tostadores, teléfonos inalámbricos, relojes despertadores eléctricos de varias casas se echaron a perder.
Varios vecinos se quejaron con los empleados que trabajaban reparando
el tendido eléctrico. Ellos se transportaban en un camión blanco sin logotipo alguno. Su única respuesta fue que los quejosos debían llamar al teléfono 071. Los trabajadores se retiraron dejando a oscuras varias de las casas. En su huida dejaron sin instalar, sin explicar nada, una de las tres líneas que abastecen la cerrada.
Leer más en La Jornada
No hay comentarios:
Publicar un comentario